lunes, 13 de diciembre de 2010

Universidad autónoma de Aguascalientes
Centro de arte y cultura
Licenciatura en ciencias del arte y gestión cultural
Clase: taller de apreciación y crítica
Jorge Terrones y Mario Hernández
Tarea: Crítica final
Autor de la obra: Viveros
Obra: sin titulo
Daniel López López
13/Diciembre/2010


«El viejo se debilita día a día, sus oídos se vuelven
sordos, su vista se baja, su fuerza declina, el corazón no descansa. La
boca se queda muda y ya no habla. Sus facultades mentales merman: no
consigue recordar hoy lo que hizo ayer. ( ... ) La vejez es la peor de las
calamidades que puedan afligir a un hombre»[1]



Es así como nos muestra Viveros en sus lienzos la vida cotidiana, el ser un anciano, un hombre, una mujer, un niño, etc., la esencia del ser humano plasmado en sus  obras, en  un cuadro pintado en el 2009 capturó exactamente eso: la esencia de un anciano. Estamos hablando de un óleo sobre lienzo de aproximadamente 60 cm por 40 cm. Viveros es un artista contemporáneo nacido en Aguascalientes y actualmente radica en dicha ciudad, ha dedicado su vida principalmente a la pintura. Gran parte de su obra se encuentra actualmente en el café-bar La mandrágora, donde podemos observar una serie de lienzos con una característica en común: son escenas o personajes de la vida cotidiana donde se puede apreciar su gran interés por resaltar las costumbres y tradiciones de la región.
Uno de los cuadros que en particular me llamó mucho la atención, es uno donde representa a un anciano, un hombre, debilitado y con la mirada cansada. El retratista de la vida cotidiana nos muestra en su lienzo, el rostro de un hombre flagelado por el tiempo, este coge entre su mano un bastón de madera, no es recto ni liso, por el contrario tiene una textura visualmente áspera y curvilínea, éste se pierde de la parte superior a la inferior del cuadro que a su vez, es sostenido por su mano, pero esta  tiene una apariencia de desgaste por el paso de los años. Las venas sobresaltan de su frágil y arrugada piel, parece que no tiene fuerza alguna a desaparecido todo espíritu vigoroso de su juventud.
Luego, más a la derecha nos encontramos con el rostro recargado en el bastón, su expresión es la de un hombre cansado sin fuerza, exhausto de la larga vida que ha recorrido, sus largas y abundantes cejas cubren todo el alrededor de sus ojos, al igual su barba y su bigote tiende a poblar la mayor parte de sus labios y quijada, con tonos más blancos que el resto de los tonos del lienzo, nos dan la apariencia de que el pintor esta reafirmando la vejez del anciano aparentando las canas de aquel hombre.
 Pero el gran foco de atención es su mirada, manifiesta su desánimo y cansancio Esta mirada es penetrante, te atrapa en un sentimiento de pesadez, desaliento y ¿por qué no?, de tristeza. Un sentimiento único es como si al pararte enfrente del cuadro, te hiciera pensar de alguna manera que en realidad estas en frente de un espejo que te muestra a ti mismo pero en el futro, que toda la belleza, vigorosidad, fuerza, ánimo y juventud con la que hoy cuentas, no perdurará para toda la vida, que llegará el tiempo en el que se te habrá escapado la vida de las manos, en donde no serás más que una especie de libro, el cual sólo contiene una innumerable información y experiencia, pero esta ahí, arrumbada y necesita de alguien más para poder de alguna manera difundir lo único que le queda, el conocimiento. El cuadro te hace reflexionar sobre la brevedad de la vida y que, entre más pasa el tiempo, más pronto contemplarás ése rostro una vez más, con la excepción de que ya no va a ser en la galería sino en uno de los miles de espejos que nos rodean, ahora ya no será un desconocido el que esté en ésa imagen sino tu rostro pero trasformado por el paso del tiempo, lo contemplarás una y otra vez incrédulo de que sea posible que ése cuadro haya tomado vida en ti que se hubiese convertido en ti y ni siquiera te hayas dado cuenta de cuando paso.
Es así como este cuadro nos permite reflexionar acerca de nuestras vidas, lo que hemos hecho para disfrutarla. Antes de que el cuadro, que en un principio era bello y que únicamente reflejaba el rostro de un tierno anciano inofensivo, se convirtiera en una especie de apocalipsis personal que cobra vida y se convierta en tu futuro, ése cuadro entonces se burlará de tu inevitable futuro donde tarde o temprano serás tú el que esté siendo el protagonista del cuadro, en donde tu juventud se verá esfumada, y que si miras a tu alrededor, la vejez y la muerte son lo único que en realidad podemos decir que algún día llegaremos a obtener, como dice un viejo y sabio dicho popular, “es la realidad del tiempo, consuelo y verdugo que no perdona a nadie” (xnipereye) esta es la realidad del ser humano, de la cual no puedes escapar y que el cuadro de Viveros nos hace reflexionar, sólo tienes dos alternativas: envejecer y morir o aún peor: sólo morir.

Año: 2009
Ciudad: Aguascalientes
Técnica: oleó sobre tela
Localizado: café bar La mandrágora
Autor: Viveros






Bibliografía:


 http://www.mercaba.org/FICHAS/Anciano/ser_anciano_una_tarea_saludable.htm
http://xnipereye.wordpress.com/2007/10/29/el-delito-de-ser-anciano/


[1]  Citado por DE BEAUVOIR, S., La vejez, Edhasa, Barcelona 1983.

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