lunes, 13 de diciembre de 2010

“El encierro” de Jorge de la Peña Beltrán   
Por Héctor Bautista Peñuelas




El imponente monumento titulado “el encierro” se encuentra en el estado de Aguascalientes a unos metros de la plaza de toros monumental en el andador de la feria de San Marcos, impone pues al caminar por el andador no puedes evitar poner la mirada en la enorme obra construida en 1986 cuyas dimensiones son veinticuatro metros de largo por diez punto cinco metros de ancho, con una altura de seis y medio metros la escultura nos muestra a siete toros los cuales se encuentran en diferentes posiciones, cada uno se encuentra en una posición particular y con distinto porte.
            Cada uno de los toros esta marcado con el fierro, es decir con el símbolo de una ganadería de la zona siendo este un reconocimiento a los ganaderos de este estado y un homenaje a esta misma tierra taurina por excelencia y tradición pues año con año en las verbenas abrileñas la plaza de toros monumental se viste de gala con los mejores seriales taurinos del país.
La figura contrastante entre este festín de esculturas de toros fundidos en bronce de cerca de una tonelada de peso es un caporal a caballo quien guía a los mismos hacia la plaza donde habrán de demostrar la casta a la cual pertenecen, el caporal, la autoridad en el ruedo esta vestido con un atuendo típico de la fusión de culturas folclóricas mexicanas mas sin perder la esencia del traje Español también fundido en bronce con un peso de mil setecientos kilogramos.
            Al pensar en  “encierro” la mente vuela a imaginar el sentimiento de claustrofobia que puede despertar en nosotros la palabra y no está del todo errado tener este pensamiento ya que en la tauromaquia un encierro consiste en correr dentro de pasillos cercados en las calles seguido de una manada de toros, estas prácticas son muy populares en España y en algunos lugares de América del sur sitios donde se festejan las fiestas taurinas.
            La representación de las esculturas en particular y no en el contexto general de la obra son los homenajes a los ganaderos quienes llevan a lidia a sus mejores toros pues el fierro grabado en cada uno de las bestias dan fe de ello mas en el contexto general de la misma obra es el sentimiento que el artista impregno en esta, la expectación antes de salir a la plaza mayor, la euforia antes de demostrar lo que por tanto se trabajo no solo del caporal sino de los distintos ganaderos y su devoción hacia su trabajo que se ve plasmado en los toros que crían y seleccionan cuidadosamente para lidia.
            La escultura representa el sentimiento de cualquier persona que se ha esmerado a lograr algo y lo está a punto de demostrar pues plasma el momento exacto en el cual el caporal guía a los toros quienes se mueven orgullosos por los pasillos hacia la plaza a demostrar su valía.
            La escultura plasma el amor y respeto de Jorge de la Peña Beltrán por la Tauromaquia pues no es su primera obra que lleva por tema principal las corridas, a su cargo se le encomendó por medio de los licenciados Francisco y Alberto Ruenes Escoto  la recreación de la estatuilla de San Sebastián Mártir premio instaurado en el año de 1989 por estos que se designa a la mejor faena realizada desde el día 20 de enero de ese año, una escultura siempre cambiante que mantiene su esencia, la de un hombre que ha sido alcanzado por banderillas.
            La estatuilla tiene gran renombre desde su inauguración ya que varios toreros de talla mundial la han obtenido por sus maravillosas faenas siendo Manolo Martínez quien cortara diez rabos en la monumental plaza de toros México, la obtuvo por primera ocasión al grito de ¡Manolo, Manolo y ya! Hasta su más reciente edición que es la creación de Jorge de la Peña el 20 de enero del año en curso otorgado a Arturo Macías “el cejas”. La magia y la importancia de la fiesta brava desde su aparición hacen que se vea la importancia de estos símbolos y el orgullo de los artistas que forman estas maravillosas obras incluyendo por supuesto a de la Peña Beltran.
            Tanto la estatuilla de San Sebastián como la escena de “el encierro”  posen cualidades que hacen que la obra cobre vida propia y que muy pocos artistas logran, plasmar el movimiento logrado por de la Peña en cada una de las figuras representadas hacen que la obra pueda ser vista desde cualquier perspectiva o por partes sin que se reste calidad a ninguna parte de esta y se vea en todo su esplendor.
            Burckhardt cita “de que me sirve una obra si no entiendo su contexto”, la escultura impone pues se encuentra cerca de la monumental plaza de toros, todo espectador que se dirige a las corridas y los que no se impregnan de ese sentimiento característico de las fiestas bravas y nuestra admiración y respeto por todo lo que las envuelve.


Fuentes: “Il Cicerone” (1855) Jacob Burckhardt

http://www.ags.gob.mx/cont.aspx?p=1882

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