domingo, 12 de diciembre de 2010

La música es la aritmética de los sonidos, como la óptica es la geometría de la luz.

La Internacional Situacionista (IS), fue fundada en 1957 como una fusión del movimiento Internacional para una Bauhaus imaginista, establecido por Asger Jorn en 1953, y la Internacional Letrista de Guy-Ernest Debord, establecida en París desde 1952. El movimiento atrajo miembros de varios países europeos, que fueron agrupándose en torno a su fundador Guy Debord.”
“Un aspecto fundamental del proyecto situacionista fue la disolución de las barreras existentes entre arte y vida cotidiana. Aunque negaron al situacionismo su condición de movimiento artístico, sus reflexiones sobre la condición artística han tenido gran influencia en el arte de este fin de siglo.” (Fuente Andreu Balius*. Artículo en publicado en GRRR nº5.
Barcelona, Otoño 1999).
En el Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad de Aguascalientes  se expone la obra del artista Oliver Esquivel. Dicha exposición lleva por título, “Geometría Orgánica”, donde los colores y las formas son la mejor carta de presentación.

El artista Oliver Esquivel ha expuesto sus obras en varios recintos. Por ejemplo, La Embajada de México en Portugal, en Colorida Art Gallery  en Lisboa Portugal y Museo Pedro Coronel de la ciudad de Zacatecas, por mencionar algunos. A demás recibió mención honorifica en el XXIX Encuentro Nacional  de Arte Joven en el Verano del 2009.

Su obra es catalogada como arte pop,  psicodélico y  situacionismo ya que su principal referente son las situaciones triviales con una mezcla de colores llamativos y trazos agresivos en la pintura que se reflejan en los pincelazos gruesos de textura palpable. Por esta ocasión nos vamos a enfocar a la obra “Rubick, el proceso y la construcción”. Dicha obra está conformada por 120 cubos de madera, de medidas: 30 x 30 x 30 cm cada uno y ocho polígonos del mismo material con medidas de 90 x 60 x 60 cm, las cuatro caras pintadas que forman los 120 cubos están trabajadas con imprimatura de media creta y pintadas con acrílico.
Dichos cubos de madera forman ocho rostros de personas, cada rostro único e irrepetible, cada uno representa una emoción, una forma distinta.
Cuatro de los ocho están plasmados monocromáticamente, son dos figuras femeninas y dos figuras masculinas.
De los dos rostros femeninos uno es de una mujer más joven, (parece una fotografía tomada desde abajo enfocando solo la cara); el rostro me despierta un emoción soberbia, un rostro que no dibuja sonrisa, pero que mantiene una mirada fija en un objeto de estudio, que por cierto parece que le es indiferente.
La segunda imagen parece una persona mayor. Las líneas en el contorno de sus ojos son más visibles, el rostro parece dibujado más de cerca y esta levemente en perfil. Sus cejas están arqueadas y su boca pareciera estar tratando de contener las palabras que delata la mirada. Su expresión me evoca a estar presenciando una escena en la que tenemos argumentos en contra ó en la que no estamos del todo de acuerdo.
En uno de los dos rostros masculino, percibo un parecido al artista. Su cara esta de frente en la imagen, los lentes los tiene ligeramente abajo por su nariz, parece buscar sin lentes otra visión de la imagen que estudia, su mirada esta fija y sus cejas parecen estar levantadas. Su rostro me parece tener una expresión de duda,  quizá estaría observando algo que le sorprende y le intriga a la vez.
El último de los rostros plasmados en un sólo  color,  es un rostro de una persona joven, me refleja un varón, aunque eso realmente no tiene mayor importancia, ya que por esta ocasión nos vamos a centrar en su expresión. Su rostro, también dibujado de frente y de cerca tiene una mirada melancólica, un mechón de cabello cae por en medio de sus cejas, su boca está entre abierta, como cuando una persona se encuentra con una sorpresa que no es del todo agradable. Me atrevo a suponer que en sus ojos, y en general en la expresión de su cara denota tristeza ó desilusión.
El contraste de la obra lo presentan las otras cuatro imágenes. Estas imágenes están llenas de color y de poses divertidas. Son rostros jóvenes, que juegan a posar de una forma despreocupada y trivial, con una combinación de colores llamativos en los que el púrpura contrasta con unos lentes verdes, tonos rosados en los labios y mejillas, una gama de tonalidades amarillas y verdosas,  y blanco en los ojos y los dientes.
La versatilidad del artista es notable  entre cada dibujo. Se refleja la capacidad de captar con una expresión un sin número de emociones diversas. A pesar de que cada imagen es única y distinta a las demás; el sello personal del artista salta a la luz. Para mí, posee un estilo muy original que retoma y fusiona a la vez  los movimientos más importantes de los años 50, 60 y 70 con su técnica, ingenio y talento.
Cito: “Por esto, me uno al deseo surrealista inicial de los Situacionistas, ojalá todos fuéramos Situacionistas y tuviéramos generosidad para involucrar a otros en eventos renovados. Ojalá, todos tratáramos de hacer de nuestras vidas verdaderas obras de arte. Ojalá todos actuáramos con método.” Del Dr. Bernardo González Aréchiga R. W. “Creando Situaciones sin retorno:
Algún día todos seremos artistas, todos seremos Situacionistas”.
Pero, ¿Qué es el Situacionismo?
Cito: “Crear situaciones se convierte en el arte por excelencia, la última “escuela” que llevará a recrear todas las manifestaciones artísticas conocidas por medio de la creación colectiva; en un mundo sano, todos seremos artistas. La materia no es el óleo, el barro, el bronce, la tiza, el papel o la tela sino la vida diaria (costumbres y roles), los espacios urbanos, el conocimiento. No se trata de performances o happenings sino de situaciones realmente vividas para transformar la vida cotidiana”… (Dr. Bernardo González Aréchiga).
Ahora bien, ¿Podemos hacer arte en cualquier situación? Claro que sí. El arte  se produce en una determinada situación de alta calidad. La corriente Situacionista tiene como característica primordial el hecho de ser un arte incluyente de la sociedad, motivacional para la mayoría de las personas, que cuestiona, símbolo de un movimiento social. Recordemos que esta corriente se acrecentó en los movimientos políticos y sociales del año de 1968 en Francia y México. Al igual que otras manifestaciones artísticas tomaron forma en ese mismo tiempo. Por ejemplo, el arte  Psicodélico.
La palabra psicodélico fue inventada por el psicólogo británico Humphry Osmond y significa "manifestando el alma". ¿No es acaso (en la mayoría de los casos) el arte una manifestación del alma? En cualquier cosa que hagamos, siempre abra ahí un ingrediente secreto: el trozo de nosotros mismos que inevitablemente se queda.
Podemos comprobar que los movimientos artísticos antes mencionados siguen teniendo gran influencia en el arte que se produce hoy en día. Se han roto los esquemas en el arte, ahora es momento de utilizar los materiales antes impensables, igualmente sucede con las técnicas y las situaciones que se plasman. Quizá antes de estos movimientos nos resultaría impensable la posibilidad de dibujar una pintura con una persona haciendo gesticulaciones graciosas, jugando con una cuerda ó  con su propia nariz (como el caso de Rubick).  Quizá, no hace mucho tiempo las costumbres nos marcaban estatutos para el arte, al igual que para las normas sociales, probablemente gracias a estos cambios es que podemos apreciar la belleza de lo cotidiano.
Ahora bien. ¿Podemos ver todas estas influencias en “Rubick, el proceso y la construcción? Yo creo que sí. Es una obra con múltiples matices, que se descompone en infinitas posibilidades y se arma otra vez en muchas más. Me lleva de la mano a recordar movimientos que marcaron generaciones. A la vez me parece una obra actual, llena de vida y sobre todo abierta al dialogo.

katia rodriguez flores

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