lunes, 13 de diciembre de 2010

“Huapango” de José Pablo Moncayo, arreglo de Alfonso Moreno
Por Jimena Bonilla Romero

“La música es el verdadero lenguaje universal”.
Carl María Von Weber

¿A dónde me transportan las notas de una de las piezas de música orquestal más famosas y representativas de nuestro país? Sin duda, es una pregunta que no tendría una respuesta única. Podría ser a bellos paisajes como los que pintaban nuestros grandes muralistas, a las grandes edificaciones de nuestro país o quizá a una gran y colorida fiesta de un pueblo étnico.

“Huapango” es una pieza compuesta por José Pablo Moncayo García en 1941. Su nombre tiene varios significados. Sin embargo, la que más se asemeja es la siguiente: pieza popular mexicana que existe en dos variedades, huapango jarocho y huapango ranchero. La obra es el resultado de la combinación que Moncayo elaboró de tres huapangos alvaradeños, gentilicio que hace alusión al municipio veracruzano de Alvarado. Estos huapangos son El Siquisirí, El Balajú y El Gavilancito. Gracias al basto manejo de elementos mexicanos, es considerada como la pieza cumbre del movimiento musical nacionalista.[1]

Pero la razón de mi crítica no es la composición del maestro Moncayo, sino el arreglo de esta pieza para orquesta de guitarras realizado por el guitarrista Alfonso Moreno, el cual es interpretado por la Orquesta de Guitarras de Xalapa conducida por el mismo guitarrista y contenida en el disco “Fantasía Mexicana”.

Alfonso Moreno nació en la ciudad de Aguascalientes, Aguascalientes en 1950 y es considerado como el máximo exponente de la guitarra clásica de nuestro país y uno de los más grandes a nivel mundial. En 1995, fundó la Orquesta de Guitarras de Xalapa, con la cual ha realizado más de 1000 conciertos, en giras por México, Europa y Asia.[2]

Muchas obras han sido escritas para él, por compositores como Peter Panin, Francisco González, Armando Lavalle, Raúl Ladrón de Guevara, Jean Louis Petit, Xavier Camino, Luigi Mariotti, entre otros.[3]

Su repertorio abarca desde la música antigua, pasando los compositores antiguos, hasta la música contemporánea. Desde un inicio, la orquesta se enfocó a fines didácticos, dicho de otra forma, se creó con el fin de darle oportunidad a los alumnos de guitarra de formar parte de una orquesta. La orquesta ha tenido un gran éxito en Xalapa, en Veracruz y en el mundo.[4]

Desde sus inicios, la orquesta era de las pocas existentes de su tipo. Sin embargo, ahora se ha convertido en un ejemplo a seguir para la creación de más orquestas de guitarras, no solamente en México, sino en todo el mundo.[5]

Como dije anteriormente, el “Huapango” fue escrito como pieza para orquesta sinfónica. Yo catalogaría a esta pieza como un Rondó - Allegro, porque el tema principal se repite al inicio y al final de la obra con una gran carga de alegría y vivacidad[6], la cual se manifiesta principalmente por los violines y los instrumentos de aliento.

El arreglo del “Huapango” respeta su estructura original, en cuanto a armonía se refiere. Este tiene la misma duración que la versión original. Cada guitarra respeta su entrada en la pieza, nadie se adelanta ni se atrasa. Las guitarras suenan con mucha claridad, nada de titubeos. Las escalas tocadas por las guitarras muestran una impecable afinación.

La simulación de las percusiones, de los oboes y de las flautas al inicio de la pieza suenan armoniosamente. He de recalcar que la simulación de las percusiones me resultó bastante interesante debido a que los guitarristas lo ejecutan emitiendo el sonido golpeando la caja de la guitarra.
La parte donde intervienen las trompetas, los trombones, los cornos y la tuba suenan de una manera discreta, pero a su vez rotunda, con las notas mi, si y sol, producidas por las guitarra.

En cuanto a tecnicismos puedo destacar los glissandos utilizados en algunos pasajes de este arreglo, los cuales manifiestan esa fuerza o intensidad de aquellos ejecutados por los instrumentos de cuerda y los instrumentos de aliento, utilizados en la partitura original. También destaco la ejecución de los dobles arpegios, cuya clara e impecable sonoridad se percibe durante la última parte de la pieza.

En conclusión, pienso que cualquier pieza musical, sea o no de sinfónica, debe de ser respetada, es decir, nunca se le debe de modificar ninguna de sus partes. Enfocándome al arreglo del “Huapango” puedo decir que es una buena adaptación. He de recalcar que toda adaptación o arreglo modifica de una u otra manera la obra. Sin embargo, el arreglo para orquesta de guitarra de Alfonso Moreno demuestra que no es necesario omitir ningún pasaje de esta pieza. Todo esto se logra si se tiene un buen conocimiento de la obra. En base a esto, pienso que es un buen arreglo que en un futuro me gustaría volver a escuchar.

Bibliografía

Programa de mano del Concierto Familiar Infantil de la Orquesta Sinfónica de Minería. Nota de Juan Arturo Brennan.
www.alfonsomoreno.com
www.frasesypensamientos.arg
Abromont, Claude; De Montalembert, Eugène. “Tempo o Movimiento” en “Teoría de la Música, Una Guía”. México, Fondo de Cultura Económica, 2001, págs. 150 – 153.



[1] Programa de mano del Concierto Familiar Infantil de la Orquesta Sinfónica de Minería. Nota de Juan Arturo Brennan.
[2] Disponible en: www.alfonsomoreno.com
[3] Ibid
[4] Ibid
[5] Ibid
[6] Términos extraídos de Abromont, Claude; De Montalembert, Eugène. “Tempo o    Movimiento” en “Teoría de la Música, Una Guía”. México, Fondo de Cultura Económica, 2001, págs. 150 – 153.

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